sábado, 7 de julio de 2007

La nueva vida

Aunque tengo los antebrazos cruzados por sobre la cara, la luz me encandila mientras cruzo el parabrisas. Por algunos momentos, me da la impresión que estuviese volando en el espacio, como cuando niño soñaba ser astronauta, y que todos esos pequeños trozos de vidrios que reflejan la luz del túnel fueran cúmulos de estrellas por las que yo vuelo como un meteoro a toda velocidad.

Apenas me estrello con el suelo y me cabeza se azota contra el asfalto, siento como sale el aire que revienta mis pulmones, y como el impacto quiebra mis costillas, haciendo lo mismo con el resto de mis huesos. Por un momento, y aunque se que no es así, siento que todo estuviese ocurriendo con una lentitud tremenda, el tiempo parece detenido.

Y pensar que el día había comenzado de una forma tan diferente…….

Había tenido este problema rondándome por la cabeza todo el día, pero no había sido capaz de llamarle, de hecho había rehuido de ella toda la semana. La situación me tenía bastante irritable, y lleno de muchas, antiguas y nuevas preocupaciones. Algo era seguro: tenía la valentía de un cobarde. Yo la conocía desde hace mucho como para darme cuenta que algo le ocurría, pero era lo bastante cínico para hacerme el desentendido e incluso durmiendo en la misma casa no hacer mención al tema. Estaba congelado por el miedo, y el miedo me había llevado a tomar pésimas decisiones.

Como siempre, ante cualquier problema, solía llenarme de inquietudes, y luego en momento que todo se solucionaba, me daba cuenta que nada había aportado para dicha solución. Así, al finalizar el día, volvía a casa conduciendo en mi auto y pensado como esquivar el tema a mí regreso, y fue cuando recibí su llamada:

- Tenemos que hablar- me dijo. -No es posible que te comportes como un niño
- Habla más fuerte, el ruido de la lluvia no me deja escucharte - conteste para eludir en algo tan directa propuesta.
- Hablaremos cuando llegues a casa entonces…
- Es lo mejor, ahora voy a pasar por un túnel, y sabes que pierdo la señal…
- Dio positivo…

No supe que decirle…todo el miedo volvió a recorrer mi cuerpo y a fusionarse con mis venas. Me quede en silencio y no puse que hacer.

- Lo haremos juntos - me dijo, esto será algo entre los dos, no quiero que te encierres
- El túnel - la interrumpí para poder darme un respiro – viene el túnel, debo colgar…adiós.

Corto la llamada, y me concentro en el túnel, la noticia me ha devastado. Imagino el túnel… una metáfora..lo veo como una salida, una vez que lo cruce, mi vida cambiara, siento que hay algo mejor que me espera luego de él..un escape..la solución a mis problemas…ahora me pongo ansioso, esta entupida metáfora me da un respiro y acelero a encontrarme con la respuesta a mi problema. El túnel es largo y me dará una nueva perspectiva, sus luces me han hipnotizado, por un momento contemplo su belleza, de la cual nunca me percate aunque he pasado por aquí un millón de veces.

Envuelto en estos delirantes pensamientos es cuando me doy cuenta que un auto mas pequeño se ha cambiado inusitadamente de carril, y viene de frente a mí. Casi con desenfado noto que ya no hay tiempo de hacer nada y que no llevo cinturón de seguridad, y solamente tengo la inútil reacción de poner los antebrazos cruzados por sobre mi cara…supongo que ya es muy tarde para volverla a llamar…y hay tantas cosas que quisiera decirle, tantas cosas que me gustarían vivir una y otra vez con ella…toda una vida que ya no puede ser….

Ahora que lo pienso con detención, mientras las sirenas suenan a lo lejos y veo muy de cerca como la lluvia que cae va haciendo pequeños ríos con mi sangre, perdí mucho tiempo pensando en que era y que podía hacer con mi vida, sin darme cuenta que realmente nunca fue un gran misterio, siempre supe en que iba a terminar: muerte.

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